La almadraba de Conil de la Frontera (Cádiz) ha comenzado esta semana su temporada con los trabajos de tierra de la llamada fase de calamento. Por su parte, el 15 de febrero, con la puesta en marcha de Zahara de los Atunes y Tarifa, todas almadrabas agrupadas en la Organización de Productores Pesqueros OPP51 habrán comenzado oficialmente su temporada.
Según ha señalado la OPP51, por la actual crisis del Covid-19, al igual que la campaña anterior, se extremarán las precauciones, reforzándose medidas y protocolos para evitar cualquier tipo de riesgo entre la plantilla. Así, todos los trabajadores de la almadraba de Conil, al igual que hará el personal de Tarifa y Zahara de los Atunes, han sido sometidos a un cribado antes de su incorporación y han recibido formación sobre los protocolos de actuación y prevención de riesgos frente al coronavirus.
La temporada de almadraba consta de tres fases: el calamento, donde se preparan todos los enseres que después se trasladan al mar (boyas, redes, anclas); la pesca, que se da entre finales de abril y principios de junio con las tradicionales levantás; y la leva, última fase en la que se recoge todo el material que ha facilitado la captura del atún rojo salvaje de almadraba en la costa gaditana.
Por otro lado, la OPP51 ha señalado que continuará este año con las investigaciones sobre las especies invasoras junto al departamento de Zoología de la Universidad de Sevilla. Cabe recordar que, en las últimas dos temporadas las especies invasoras complicaron las labores de pesca y leva en las almadrabas, ocasionando graves daños materiales.
Muestreos submarinos, análisis o nuevos tipos de redes fueron algunas de las acciones que seguirán su curso este año y que forman parte de la investigación científica conjunta.
Por último, la OPP51 ha indicado que coincidiendo con el inicio de la temporada, junto a Gadira, su comercializadora exclusiva, lanzará una serie de videos didácticos. La serie, que se difundirá en redes sociales, pretende divulgar y rendir homenaje a este oficio ancestral que se da en los pueblos almadraberos desde tiempos fenicios.
En este sentido, ha recordado que el atún rojo salvaje de almadraba se ha convertido en un gran atractivo y abanderado gastronómico de la provincia, traduciéndose en fuente de empleo para el sector industrial, hostelero y turístico.